Han pasado ya más de 30 años de la desaparición del dictador Franco, pero sorprende que también queden muchas asignaturas pendientes en lo que a Recuperación y dignificación de nuestra memoria se refiere. A medida que se conocen las consecuencias humanas, políticas, sociales y económicas de la sublevación militar de 1936, más se toma conciencia del extenso abanico que abarca.
Por ello llegar a valorar y dignificar en sus justos términos lo que supuso el sufrimiento para cientos de miles de víctimas, presos, exiliados, torturados, saqueados, huidos al monte…, nos lleva a limites insospechados y en muchas ocasiones escapan de nuestra imaginación. Llama la atención el hecho de estar hablando de nuestro pasado mas inmediato y sin embargo apenas conocemos que es lo que sucedió en cada lugar. Por suerte están surgiendo muchos jóvenes que reclaman saber qué pasó, quienes fueron sus abuelos, qué historia se les ocultó, por qué razones se luchó, por qué causa se sufrieron cárceles, exilios y silencios y qué esperanzas guiaron a nuestros pueblos. Estos jóvenes se sienten orgullosos de ser nietos de republicanos, con lo cual la República no es una nostalgia sino un ideal para el futuro.
Al mismo tiempo tristeza comprobar que acudimos demasiado tarde porque la inmensa mayoría de los testimonios que sobrevivieron a la Guerra y a la Dictadura, ya no viven para contarlo. Los que pudieron hacerlo en su momento no encontraron ni medios, ni voluntad política para hacerlo.
Ha habido durante estos pasados años un empeño por pasar página a nuestro pasado más reciente, a la que vivieron nuestros padres y abuelos, y con esa conocida frase de "no abrir viejas heridas", su historia para buena parte de la sociedad se ha ido convirtiendo en ignorancia, desconocimiento y olvido, un olvido injusto, sinónimo de desprecio hacia quienes lucharon generosamente por valores humanos de los que cualquier sociedad se siente orgullosa, la libertad, la justicia, la dignidad...
Es lamentable decirlo pero miles de personas que lucharon y murieron por esos esos valores aun siguen sin inscribirse sus nombres en los libros de defunciones de los registros civiles, incluso en la mayoría de los casos, sus restos permanecen en fosas comunes sin identificar, ni dignificar por todo el Estado. Su historia y sus nombres permanecen aún anónimos y olvidados. Nunca se entenderá porque las conveniencias políticas de no tocar "las viejas heridas" han podido más que la verdad y la memoria colectiva.
Lamentablemente los principales partidos que protagonizaron la Transición política tras la muerte del Dictador, no pudieron, no supieron o no quisieron abordar realmente la cuestión de hacer justicia con el periodo más negro de la historia de este país.
Confundieron RECONCILIACION con OLVIDO, como si ambas cosas fueran lo mismo y para muchos aquella Transición no fue tan modélica como nos han hecho creer, porque los pactos políticos incluyeron también pactos de silencio, manteniendo hasta hace muy poco años, todo tipo de obstáculos para la investigación en numerosos archivos militares y civiles con documentación sobre la represión de la Dictadura.
Lamentablemente tampoco ese tema lo abordaron como debían las propias Universidades, que en lugar de haber abanderado el papel de la investigación y la Recuperación de las Memoria Histórica, en la mayoría de los Departamentos de Historia prefirieron mirar para otro sitio, cuando no, mantener la manipulación de los hechos, sin querer entender que la verdad histórica ni entiende de páginas en blanco ni de páginas ocultas.
En conclusión, todas estas razones, nos llevan a tratar unos hechos que hoy deberían ser ya historia y sin embargo continúan siendo motivo de polémica política y social, presente en muchas actuaciones de la vida pública.
Es muchísimo el daño que se ha hecho al calor de tantas confusiones, ocasionando que gran parte del conocimiento de las victimas de la Guerra Civil se haya perdido para siempre.
El resultado es que todavía la gran represión del franquismo en buena medida sigue oculta. Sigue oculta en los medios de comunicación. Sigue oculta en la sociedad, que ha sido más educada para el miedo y el olvido que para la memoria y sigue oculta en la mayoría de los que la sufrieron que han visto más conveniente guardar silencio que hablar libremente.
Por desgracia esta ha sido la última victoria del Franquismo; el silencio, la ocultación y sobretodo el miedo. Por eso nosotros desde la Asociación Guerra-Exilio y Memoria Histórica de Andalucía, junto a la sociedad civil y a las predisposiciones favorables que encontremos en la administración, en la medida de nuestras posibilidades y de las que permiten las actuales circunstancias, tenemos el deber reconducir esta situación.
¿Qué razones tenemos para hacerlo? ,
En primer lugar podríamos argumentar que es para que aquella horrible tragedia no vuelva a repetirse, por lo de que los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla, pero no es suficiente. Podríamos decir también que es para honrar la memoria de las victimas, pero tampoco es suficiente.
Ante todo pensamos que es por una razón de justicia, en todos los sentidos, una razón de justicia moral, social, política, una razón de justicia principalmente desde el punto de vista legislativo que no se ha hecho y que ha quedado pendiente. Es decir, carecemos de un marco jurídico en todos sus aspectos que ponga orden al desorden injusto que impuso la sublevación militar y la Dictadura.
Creemos que quien niega su propia memoria, quien conspira contra la verdad histórica, Quien la manipula o la boicotea desde el poder o desde los medios de comunicación, simplemente se hace cómplice de los verdugos y toda persona decente y con dignidad tiene que tener muy claro de quien se siente heredero; de los verdugos que asaltaron a un gobierno elegido en las urnas con un golpe de estado militar, apoyado por el Nazismo y el Fascismo europeo o de las víctimas que defendieron su libertad y la legitimidad republicana.
En nuestros actos decimos abiertamente que se convierten al mismo tiempo en juicio y en un homenaje público, cuando comprobamos que buena parte de las víctimas no murieron en ninguna guerra ni en ningún frente, sino que fueron arrancados a golpes de sus familias y llevados a las prisiones o directamente a las tapias de los cementerios, la inmensa mayoría de ellos, jornaleros sin tierra y trabajadores que simplemente aspiraban a sociedad mas igualitaria.
Desde AGEMHA creemos que debemos conocer los hechos tal como sucedieron y poner a cada uno en el lugar de la historia que le corresponde. Los asesinados, exiliados, desaparecidos, torturados, presos, guerrilleros y todos los represaliados en general no han encontrado aun el reconocimiento que merecían y ahora las tareas se nos acumulan.
En Andalucía, aunque desde hace bastantes años muchos veníamos trabajando a nivel personal e individual y participando en distintas actividades e iniciativas que han ido surgiendo, esta asociación nació como tal y con mucho entusiasmo en 1996, colaborando en la traída de los últimos supervivientes de las Brigadas Internacionales y la localización también de los supervivientes de la Resistencia y de las agrupaciones guerrilleras. Hemos trabajado igualmente durante estos años reordenando los materiales que la dictadura y la transición democrática habían procurado esconder, falsificar o simplemente destruir. Hemos contribuido a presentar a toda la sociedad esos materiales con las heridas del tiempo y la derrota, pero con su integridad y categoría moral y social. Hemos participado, en la labor de presentar la historia que se prohibió y se falsificó, tal como es, y de que no se pierda la memoria de nadie que hubiera dejado su vida, hubiera sido encarcelado, torturado, exiliado, represaliado o humillado por sus ideales republicanos, socialistas, libertarios o simplemente por aspirar a vivir en un mundo mejor y más justo.
Con escasos medios, pero mucho ánimo esfuerzo y voluntad, hemos organizado lo que denominamos "Caravanas de la Memoria" recorriendo pueblos y ciudades en la que han venido participando antiguos milicianos de todas las ideologías, brigadistas, exiliados guerrilleros y enlaces, dando testimonio de su lucha y de sus ideales. Por razones de edad estas caravanas son cada vez mas difíciles, ya que la mayoría sobrepasan ya los ochenta y cinco años de edad.
Estamos organizando jornadas, conferencias, exposiciones, proyecciones, y homenajes, allí donde tenemos miembros o contactan con nosotros personas a nivel individual, colectivos, otras asociaciones o ayuntamientos interesados en alguna actividad. Estamos continuamente enviando mociones a los ayuntamientos y diputaciones para que se tomen iniciativas en cualquiera de los aspectos a favor de la recuperación de la Memoria Histórica. Estamos recuperando memorias inéditas en colaboración también con ayuntamientos y diputaciones.
Desde su creación venimos participando en el llamado Comité Técnico de la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía para la Recuperación de la Memoria, donde planteamos todas las necesidades y cuestiones pendientes.
En los dos años últimos presentamos un plan General de Recuperación de la Memoria histórica a nivel andaluz, en el que se incluía la elaboración de un Mapa de Fosas Comunes, donde se recogieran no sólo la ubicación y delimitación concreta de las fosas, sino una serie de datos imprescindibles en cada lugar, testimonios, situación de los archivos, bibliografías locales, es decir un laborioso trabajo, pueblo a pueblo y a pie de tajo.
Los trabajos comenzarán este año 2006 en el mes de abril conjuntamente con las asociaciones existentes en cada provincia y con una misma metodología.
A pesar de esta labor no podemos renunciar a todo lo que hay pendiente y aunque resulte reiterativo, ello debe traducirse en conocer la verdad y la historia de lo que sucedió en cada pueblo y en cada lugar, investigando en los archivos, recogiendo los últimos testimonios, recuperando todos los nombres de las víctimas e inscribirlos en los libros de defunciones de los registros civiles, pero no por el procedimiento ordinario que hace muy difícil la inscripción fuera de plazo, sino legislando una normativa especial para las víctimas de la guerra civil, adecuándola a una correcta determinación de las causas de muerte. Para ello es necesario que la Junta de Andalucía se comprometa y comprometa a los ayuntamientos colaborando con ellos y promoviendo becas de investigación destinada a investigadores locales.
Están pendientes de dignificar las fosas comunes de los cementerios y localizar aquellos que quedaron enterrados en lugares perdidos de nuestra geografía, elaborando una ley de exhumaciones e identificación de víctimas acorde con el derecho internacional de derechos humanos, sumándose al mismo tiempo a la ratificación de que los crímenes de guerra contra la humanidad no prescriben nunca.
De igual forma está pendiente reconstruir las listas de víctimas españolas en terceros países como consecuencia del régimen franquista, del exilio y su posterior implicación en su lucha contra el nazismo y el fascismo, incluyendo a los denominados «niños de la guerra», y solicitando, si fuera necesario, la colaboración internacional.
Está pendiente que se declaren nulos los juicios penales y militares represivos franquistas por ilegales, basados en las Resoluciones de Naciones Unidas, por su carácter criminal según las normas de derecho internacional.
Está pendiente terminar de indemnizar a los represaliados y sus familias. Por desgracia, cuando comenzaron a llegar las primeras indemnizaciones, 15 años después de la desaparición del Dictador en 1990, la mayoría habían fallecido por razones de edad y además sólo afectó a los pudieron justificar mas de tres años de prisión, (un 20 %), los que estuvieron entre tres meses y tres años tuvieron que esperar todavía 11 años más. Estos ya no representaban ni el 0,5 por mil de la población.
Está pendiente, lo mismo que hizo en su día el estado francés, reconocer el carácter militar de la lucha que llevaron a cabo los ex guerrilleros antifranquistas aun supervivientes, computando sus años de lucha y sacrificio por la Libertad en España a efectos de cotización a la seguridad social, aplicando esos complementos a sus pensiones. La mayoría de los que quedan con vida están en condiciones muy precarias debido a su larga clandestinidad.
Está pendiente que se rescate, ordene y se catalogue esa enorme masa documental que permanece en los archivos diplomáticos, militares y de inteligencia hasta la instauración del régimen democrático, repartida por miles de centros o en manos de particulares, tantos años oculta y olvidada, cuando no abandonada a la destrucción, o simplemente robada. En ese sentido creemos que se ha cometido un grave error histórico y una gran irresponsabilidad al no recuperar, preservar y hacer accesible a la sociedad y muy particularmente a historiadores, juristas y familiares toda esta documentación condenada al olvido por oscuros intereses.
Está pendiente reescribir la historia tal como sucedió para llevarla a las escuelas, institutos y universidades, un problema clave en el ámbito de la enseñanza, donde los textos educativos son en muchos casos lamentables. Nos queda mucho que hacer para que esa materia pueda compararse con el tratamiento que se da en otros países europeos.
Está pendiente una Ley de reconocimiento de los campos de concentración y de trabajos forzados y su conversión en lugares de interpretación de nuestra historia más reciente como el caso de Los Merinales, el Valle de los Caídos o los edificios más representativos de las antiguas prisiones provinciales.
Esta pendiente indemnizar a los presos y sus familias que hicieron trabajos esclavos con el que se enriquecieron propietarios, empresas y terratenientes, como el caso del Canal de los presos, a lo largo de la vega del Guadalquivir.
Junto a toda esa labor que las asociaciones venimos desarrollando, está por supuesto el mantener vivos los ideales y las esperanzas de aquellas generaciones y que son de plena actualidad. Nosotros no hablamos solo de recuperar su memoria y sus restos, sino de proyectar y actualizar su ideología a la sociedad que nos ha tocado vivir como medio de ganar el futuro.
Hoy también el fascismo reaparece no solo con su vieja cara, sino con otras formas, no solo usando el pasado franquista, sus símbolos y sus caricaturas, sino globalizándolo con los fascismos actuales: racismo, militarismo, invasiones de países, exaltación de la irracionalidad, profunda inmersión en el mundo del dinero, las mafias y el tráfico de drogas y armas.
La derrota histórica de la izquierda, en los últimos 25 años, ha dejado a inmensas masas de ciudadanos del mundo, sin objetivos ni propuestas creíbles. En nuestro país, durante la dictadura nuestro objetivo era la libertad, luchábamos por la conquista de la libertad, sabíamos que esa lucha implicaba un duro sacrificio, pero veíamos a la libertad guiando al pueblo como algo evidente. Hoy esa imagen pertenece ya al pasado. El objetivo ha cambiado profundamente y ahora todo se enfoca hacia la seguridad. De ella hablan cada día los periódicos y todos los dirigentes políticos del mundo. Por ella se justifican cárceles, leyes represivas, discriminaciones arbitrarias, violencia de todo tipo, guerras devastadoras, y prácticamente cualquier crimen de Estado. Ese panorama es el resultado de una gran derrota ideológica y hemos de aprender a enfrentarnos con los medios que tenemos. La lucha ya no es simplemente nuestra, sino de nuestros hijos y de nuestros nietos.
Nuestro mensaje ha de estar cargado de historia viva para que esté cargado de futuro. Es preciso huir de añoranzas y hablar de motivos, de razones, de esperanzas colectivas, de rebelión, de dignidad, y de aquellos viejos principios que iluminaron siglos de esperanzas: libertad, igualdad, fraternidad, unos principios que fueron pilares básicos en Segunda República. Por tanto el mejor, homenaje, el mejor trabajo de recuperación de la dignidad y de la memoria histórica es el de conocer en profundidad el pasado, para saber recoger correctamente el testigo y mantener aquellos nobles ideales que nos hagan avanzar hacia los grandes objetivos que ningún ser humano de bien debe renunciar.
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